Osha-Ifá presupone que las criaturas humanas son espiritual-material y viceversa, material-espiritual. Lo espiritual se hace manifiesto en el ser humano en el momento en que el espíritu encarna la materia de su cuerpo y lo complementa con su energía. Lo material es intrínseco e indisoluble en su naturaleza como creación biológica y tiene su propia energía. A partir del momento en que lo espiritual entra en el cuerpo humano y el ser existe como individuo, queda dotado de una energía resultante de la combinación de lo material y lo espiritual, que es algo único, especial y exclusivamente de cada ser, que le aporta al individuo su particularidad inequívoca y su determinado equilibrio y armonía
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